Un sueño con fe

Explicaré mi sueño, pues quiero analizarlo y mostrar que lo que sucedió viene de Dios. Comúnmente mis sueños son de tipo escenarios oscilantes, aleatorios, y casi siempre no los recuerdos al despertar. Otras veces, simplemente sueño la oscuridad, y en fin. La cuestión es que este sueño si es cringe de contar, puesto que empieza a tornarse medianamente sexual, y una lucha interior entre los deseos de mi carne por consumar un hecho o mi conciencia diciéndome que no es propio de una que se hace llamar cristiana, hasta este punto haré un paréntesis para indicar que en este sueño curiosamente he tenido voluntad para manejar esta acción, aparte de mi conciencia. Por lo general en este tipo de sueños uno sucumbe a lo que el tirano subconsciente nos imputa y después despertar con la amargura de haber estado consciente y no HACER NADA POR EVITARLO. Prosigo, en ese sueño del 23 de octubre, digo la fecha ya que es muy importante para lo que diré más adelante. Pues en ese mismo sueño tuve la batalla que les comenté, por gracia de Dios, en mis sueños pensé en Jesucristo, y decidí no hacer ese acto. Esto fue en términos espirituales, una victoria. Inmediatamente después, aparecí junto a mi mamá, en las periferias de la casa de mi abuela materna en una tarde. Sabíamos que nos encontrábamos en un contexto de mudanza, porque en una especie de visión omnipresente vimos a un hombre moreno que fisgoneaba y removía objetos, y que salió de la casa para dirigirse a su old red farm truck, donde se escondía y nos miraba a lo lejos con sigilo, con unas claras intenciones de darnos un recibimiento con una alegría que no puedo describir. Desde otro plano, nosotras sin poder ingresar esperábamos que nos abriese la puerta algún familiar, sin embargo no nadie apareció. Viendo nuestra necesidad de entrar, presuroso y con una alegría como de un niño de pre escolar salió de la farm truck hacia nosotras, en especial se aproximó a mi mamá para entregarle las llaves de la casa de mi abuela. Me impacto con la inocencia con la que venía, a tal punto de dejar la puerta de su farm truck abierta, en la que mi pensamiento más inmediato fue: "¿Acaso este hombre es consciente?¿No sabe que en este lugar le pueden robar su camioneta?, que aunque antigua, pueden llevar algún objeto de valor que haya dentro". Además pude notar que el hombre era moreno, alto, y delgado. Llevaba una camisa blanca de manga corta y un pantalón blanco, y aunque no lo recuerdo bien, pero me parece que también llevaba zapatos blancos, o estaba descalzo. Alegre, caballeroso se dirigió a mi mamá para entregarle las llaves, y dentro de mi, como un conocimiento infuso sabía que ese señor no tenía mamá, o así yo creía, lo que no recuerdo bien es que si eso quedó como pensamiento o lo dije en ese momento. A lo que mi mamá, después de agradecerle y estando apunto de abrir la reja exterior, el señor moreno le dice, como retirándose a su camioneta: "Eres como mi madre". En ese momento mi mamá se volteó, y yo la vi de perfil, y pude ver en sus ojos que las palabras que dijo aquel hombre la conmovieron, y lágrimas empezaban a brotar de sus ojitos. Luego fijo mi mirara en el hombre, y este estaba en medio de la pista, arrodillado, con las manos extendidas y rostro hacia el cielo, cómo clamando o rogando a Dios, y lágrimas también brotaron de sus ojos. Mi mamá en ese momento, en un acto de pura fe, se acerca delante de ese hombre, ahora que lo escribo, siento que mi mamá lo sabía, sabía quién era, y empezó con su mano derecha a hacer la señal de la Cruz para ese hombre moreno, como bendiciendo, cómo asegurando para la posteridad que el hombre que estaba frente nuestro viene del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Esta acción de la señal de la cruz mi mamá las hizo varias veces. Llegué a verme sujetando la prenda de mi mamá por la espalda llorando desconsoladamente. Éramos tres personas llorando en medio de la pista una tarde. Quiero resaltar que me impacto ver la entrega del hombre al arrodillarse en medio de la pista. En un punto determinado, casi por un impulso que sólo Dios puede proveer a una pobre despistada como suelo ser, viro los ojos hacia el cielo, y mi mente no lo podía procesar. El hombre que estaba rogando con nosotras de pronto ascendía al cielo con un hábito de fraile, y noté sus pies morenos descalzos y cómo ascendía, incluso el cielo en ese momento se tornaba tan irreal que del color característico que suele tener nuestra Lima la Gris, pues se torno en un azul vivaz. Luego, despierto. Tras despertar de ese sueño sentía una paz y me llené de una compasión inexplicable, producto de las emociones que me generaba tal acontecimiento. Me sentí sobrecogida, a tal punto que se lo conté sin vacilar a mi mamá. Ella de inmediato supo que se trataba de su santo de su devoción, antes de explicarle que ese hombre moreno lo llegué a ver con su hábito. Para certificar que sea de Dios, recuerdo que unas amistades decía, que aparte de un sueño debe existir una confirmación en la realidad. Y pues, pasado unos días de este hecho, conversando con un amigo, me percato que respecto a mi interés en la vida de los santos empezó el año pasado, pues como sabrán, el año pasado acepté que la IGLESIA CATÓLICA es la de CRISTO, me lo decía la razón, y me lo decía el corazón. Puesto que caí rendida a la BENDITA EUCARÍSTIA. Pues para hacer esto más corto, fue un 23 de octubre que yo subí una imagen de San Martín de Porres en mi fb, un día o días después de haber visto la película sobre su vida, del cuál me conmovió, y en verdad, en verdad, VI UN EJEMPLO A CUAL IMITAR. Pues bien, ¿recuerdan que apenas desperté lo que hice fue contárselo a mi mamá? pues tanto me impacto esto que publiqué en mi fb ese mismo día una imagen de San Martín de Porres rogando colocando la frase que dijo a mi madre, para recordarlo siempre. Pues volví a ver la fecha de ambas imágenes y sí, ambas fueron del 23 de octubre. Fecha que será memorable para mi. No saben cómo después de esto mi mente hizo ¡CLIP! en muchos aspectos que de cierta manera me faltaban por cuadrar, pero que lo aceptaba por obediencia, y fe. Estoy alegre, contentísima, agradezco a mi Fray Escoba por ayudarme con este camino, que sola no lo hubiese podido lograr, romper todo prejuicio remanente de mi Santa Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana ❤

TESTIMONIOS

Jardín de Rosas

5/8/20241 min read

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